Vuelvo una vez más, al punto de partida, donde creí haber recorrido el camino ya; solo que esta vez trato de perder la memoria, para hacerlo nuevo y asombrarme con las cosas que están por venir.
Vuelvo otra vez, a querer sostener la luna con las manos... esa que tome tan ligero y llegó a pesar una eternidad sobre mis hombros, para luego darme cuenta que la tenía a la vera de cualquier río.
Siento otra vez, calidez, candor, frescura, emoción... y ese frío, que atenúa que mis dedos no salgan de mis bolsillos para tomarte la cara y darte un beso en un acto desesperado cómplices hacia vos.
La boca, ésta, tan mía, que dijo mil veces, que no volvía a creer. Para desdecirme estúpidamente y demostrar cuan equivocada puedo estar.
El único abrigo de estos huesos, es la angustia mustia de creerte tan cerca cuando aún no te tuve ni en mis sueños más profundos.
Que me puedo equivocar. Lo sé, pero arrepentirme jamás. Ese placer de escurrirme dentro tuyo, no le estará permitido a cualquiera. Y quiero hacerlo mío, tan solo mío.
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